Todavía algunas mujeres, por suerte cada vez menos, creen que la llegada de la menopausia supone el final de su sexualidad.
Esta visión, tan limitante de lo que en realidad la sexualidad es, provoca en la mayoría de ellas, así como en sus parejas, lo que provoca que dejen de mantener una vida sexual activa lo que provoca una merma tanto en sus expectativas como en la calidad de vida.
Y todo por un suceso inevitable y natural: la llegada de la menopausia, una etapa nueva en sus vidas, olvidando que la sexualidad desempeña un papel relevante a lo largo de toda la vida.
La desinformación y la creencia de que la práctica de la sexualidad es exclusiva de la población joven y que desaparece cuando nos hacemos mayores (y la menopausia la asocian a hacerse mayor) influyen de manera decisiva en la conducta sexual de muchas personas, tanto en hombres como en mujeres.
Muchos mitos sociales son, en parte, responsables de que estas actitudes todavía se mantengan. Los mitos sociales o falsas creencias son asumidas como verdades irrefutables en nuestra sociedad e influyen de un modo indeleble en nuestro comportamiento.
Respecto a la menopausia se recogen algunos de los principales:
La menopausia es una enfermedad provocada por la falta de hormonas.
Desde luego, la menopausia no es ninguna enfermedad, sino un proceso natural en el que el cuerpo de la mujer, en lugar de prepararse para procrear, pone fin a esa etapa de su ciclo evolutivo.
La menopausia afecta por igual a todas las mujeres.
Claramente falso. Cada mujer es única y diferente de las demás y, del mismo modo, este proceso en cada una de ellas será distinto.
Las mujeres con la menopausia se vuelven histéricas
Es conocido que desde el punto de vista fisiológico los estrógenos juegan un papel importante en el equilibrio emocional y en el estado de ánimo. En la menopausia se produce una disminución de estrógenos, lo que hace que algunas mujeres sufran cambios de humor acompañados de irritabilidad, llanto fácil e incluso depresión.
Pero estos cambios hormonales no son exclusivos de la menopausia, también suceden en las mujeres durante la menstruación (síndrome premenstrual), y tras el parto, el denominado síndrome postparto.
En el caso de que la repercusión sea importante, la Terapia Hormonal Sustitutiva (THS) pueden suplir la carencia de estas hormonas y ayudar a llevar la misma vida que antes.
Las mujeres en la menopausia engordan
Los cambios hormonales y metabólicos propios de esta edad tienden a provocar aumento de peso y a modificar la distribución de la grasa corporal.
Al parecer, el aumento de grasa corporal en la menopausia tiene como objetivo compensar el déficit estrogénico, que es consecuencia del deterioro de la función ovárica en esta etapa.
El incremento del tejido adiposo periférico favorecería un aumento en la aromatización de la androstenediona en dicho tejido, para transformarla en testosterona o en estrógeno. Gracias a lo cual disminuye el riesgo de sufrir diversas enfermedades, sobre todo osteoporosis, mucho más habitual entre las mujeres menopáusicas delgadas que entre aquellas que presentan sobrepeso.
No obstante, las mujeres de hoy en día en general llegan a los 50 años en muy buena forma física, puesto que han optado por un estilo de vida saludable, con una dieta adecuada y realizan ejercicio físico, lo que disminuye el riesgo de ganar peso, previniendo también con tales actividades el riesgo de osteoporosis.
El deseo sexual desaparece con la menopausia
La menopausia significa el fin de la etapa reproductiva, pero nada tiene que ver con la posibilidad o el deseo de mantener relaciones sexuales.
Aunque es cierto que puede haber un descenso de la libido y mayor sequedad vaginal, existe tratamiento para ambas cosas.
DESMONTANDO ESTOS MITOS
Frente a estos mitos, lo primero a destacar es que la menopausia es un periodo normal en la vida de las mujeres entre los 45 y los 55 años de edad. No se trata de una enfermedad, ni un estado del que sentirse avergonzada.
Respecto a la sexualidad, las investigaciones indican que mientras se conserve un buen estado de salud no hay motivo para que el interés y las prácticas sexuales desaparezcan. Es, por lo tanto, importante ubicar la vida sexual de las personas de edad dentro de su contexto psicológico y de comportamiento.
Se ha observado que la forma de ejercer la sexualidad durante la menopausia, así como en etapas posteriores de la vida, viene determinada por la actitud que el sujeto haya tenido hacia el sexo durante las etapas anteriores. Aquellas personas que han disfrutado de una sexualidad plena y placentera no se resignan a que el paso de los años frene un aspecto de su vida tan satisfactorio y luchan por superar cualquier obstáculo que menoscabe su gozosa vivencia.
La educación recibida tiene un peso determinante en la actitud de muchas personas respecto a la conducta sexual. Así, a los hombres se les ha educado en un rol activo, de demandante sexual y de experto; en cambio a las mujeres todavía se las educa en un rol pasivo, de no demandante sexual y de inexperta.
A ellos, se les obliga a tomar la iniciativa, a estar siempre dispuestos y a ser los responsables del placer de sus parejas. A ellas, a no expresar deseo, a no tomar la iniciativa, a ser complacientes y a acceder a las propuestas de sus compañeros.
Pese a todo, los avances médicos, unidos a la creencia de que la sexualidad y la afectividad son connaturales en la persona y sólo concluyen al final de la vida, confirman que el interés y la actividad sexual persisten aunque los años pasen. Según diversos estudios, son activas sexualmente: el 95% de personas entre 50-60 años; el 85% entre los 60 y 70 años y el 70% de las mayores de 70 años.
Sencillo, porque MANTENER UNA VIDA SEXUAL SATISFACTORIA TIENE VENTAJAS, tanto para las mujeres como para los hombres.
- Se duerme mejor, al liberarse durante el orgasmo oxitocina y endorfinas, hormonas de reconocido efecto sedante.
- Por las mismas razones, la práctica sexual ayuda a combatir el estrés.
- Se mejora la forma física. Las personas sexualmente activas hacen más ejercicio y tienen hábitos alimenticios más saludables (mejor control de diabetes, pérdida de peso, etc.), entre otras razones para mostrarse más atractivas a sus parejas.
- Para muchas personas la actividad sexual les permite mantener un buen nivel de equilibrio emocional
- Da una imagen de más juventud: Weeks, David & Jamie James, en un estudio de diez años, sobre más de 3.500 mujeres y hombres europeos y americanos, revisaron diversos factores asociados a presentar un aspecto juvenil. En su estudio, un panel de jueces observaba a los participantes en él a través de una cámara Gessell y luego procuraban adivinar la edad de cada persona. Las personas a quienes los jueces calculaban entre 7 y 12 años menos de la edad que en realidad tenían fueron catalogados como súper jóvenes. Se comprobó que estos súper jóvenes, mantenían un activa vida sexual; en promedio tenían una frecuencia sexual de tres veces por semana, a diferencia de las otras personas del estudio con una frecuencia inferior a dos.
- Las personas satisfechas sexualmente, viven más. Palmore y colaboradores hicieron siguieron durante 25 años a 252 personas, mujeres y hombres, y demostraron que las personas más longevas eran aquellas que mantenían relaciones sexuales con más frecuencia.
A PARTIR DE LOS 50 LA SEXUALIDAD CAMBIA, Y NO SOLO EN LAS MUJERES
Esto también les pasa a los hombres. A partir de los 50-60 años, con variaciones, tardan más en alcanzar la erección, que además es menos intensa, y experimentan retraso en la eyaculación así como menor volumen de eyaculado.
La mujer, a su vez, después de la menopausia lubrica menos y más lentamente, volviéndose más fina la mucosa de la vagina que además pierde elasticidad. Sin embargo el clítoris permanece normal y se mantiene la capacidad orgásmica, mejorando incluso en muchas mujeres.
LOS CAMBIOS DE LA MENOPAUSIA OBLIGAN A VIVIR LA SEXUALIDAD DE MANERA DISTINTA
Hay que aceptar que durante la menopausia se producen cambios físico y psicológicos, que obligan a trasformar cómo se vive la sexualidad, pero no es cuestión de tirar la toalla. Podemos hacer algunas recomendaciones:
- Seguro que se puede disfrutar de la sexualidad por lo menos igual que antes.
- Primemos la calidad a la cantidad.
- Podemos realizar variaciones y no centrarnos tanto en el coito.
- No se trata de batir metas. Demos más importancia al placer, a las caricias y a las sensaciones, fomentando el contacto y la comunicación en la pareja.
- Reivindicar el clítoris como un componente importante para la excitación y el orgasmo.
- No olvidemos que como el hombre controla mejor que antes su eyaculación, por lo que se pueden mantener relaciones sexuales más prolongadas, lo que puede aumentar el placer de la mujer.
La realidad es que muchas mujeres menopáusicas disfrutan más que antes de su sexualidad, entre otras cosas porque dejan de preocuparse de un posible embarazo.
Además, a esta edad, después de años de convivencia, la sexualidad en pareja tiene el valor añadido de la experiencia acumulada. Una y uno conocen del otro hasta el más mínimo detalle y saben exactamente cómo darse placer. Basta con un gesto, una mirada, una sonrisa para desencadenar la magia que lleva a alcanzar el máximo gozo.
QUÉ PODEMOS HACER PARA DISFRUTAR DE LA SEXUALIDAD EN LA MENOPAUSIA Y DESPUÉS.
Úselo o lo perderá. “Lo que no es gasta se pierde”, y esto es válido tanto para hombres como para mujeres. Si abandona la actividad sexual después de los 50 o los 60 es probable que lo haga para siempre. Las mujeres y los hombres que tienen relaciones frecuentes tienen mejores niveles hormonales (gonadotropinas hipofisarias y andrógenos), con lo que se retrasan los cambios del envejecimiento.
El horario importa. Mantener relaciones después de un día fatigoso y una cena copiosa, no es lo ideal. Es mejor hacerlo estando relajados y descansados.
No abuse del alcohol (vino, cerveza, licor): En contra de lo que dicen el alcohol no es ningún afrodisíaco; deprime el sistema nervioso y perjudica la respuesta sexual. Si se trata de un encuentro romántico, es recomendable no beber más de una copa porque la fiesta al final puede amargarse.
No se trata de batir un récord olímpico, sino de disfrutar sin autoexigencias, ni metas.
Comunique sus preferencias sexuales a su pareja, nadie tiene el don de la adivinación.
Fomentar el erotismo en la pareja, como eje y motor de la sexualidad. Y entendemos por erotismo (palabra derivada de Eros, el dios griego del amor), al conjunto de estímulos sensoriales que exaltan e incentivan el acto sexual.
Casi todos los problemas sexuales tienen solución: Ante la duda, consulte. Aquellas dificultades que a menudo nos parece delicado comentar, que tanto nos preocupan, a menudo dejan de ser importantes cuando nos asesoramos.
- Si hay sequedad vaginal, utilice un lubricante, bien a base de estrógenos que aumentan el flujo sanguíneo en la vagina y estimulan las secreciones glandulares, o bien geles hidratantes.
- Si hay problemas con la erección, hay que ir al médico o al sexólogo a ver qué está pasando. Seguro que le ayudará.
Como conclusión, queremos manifestar que la sexualidad no acaba con la menopausia, antes al contrario, se enriquece con la experiencia adquirida y se abre a una nueva etapa en la que se disfruta de ella con más libertad.
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