Ser madre después de los 30 es tendencia en España



En España hace rato que dejaron de ser comunes los partos de mujeres de 18 años. En Andalucía, por ejemplo, la edad media para procrear ha ido en aumento desde 1975, situándose actualmente en 32, según datos ofrecidos recientemente por el Instituto Andaluz de Estadística y Cartografía.
La incorporación al trabajo, los estudios universitarios y la responsabilidad de criar en épocas de crisis han sido algunas de las causas del aplazamiento de la maternidad e incluso del matrimonio, cuya edad promedio es de 31,76 en las mujeres y de 33 a 35 en los hombres.
Los registros de madres solteras también han aumentado con el paso del tiempo, siendo Cádiz una de las localidades con mayor cantidad de nacimientos bajo estas circunstancias, con un 51,96%, seguida de Andalucía, con un 45,06%,  y Córdoba, con 37.25%.

El factor económico

En la Unión Europea, las españolas junto con las italianas son las que más demoran en tener a su primer hijo, incluso hay mujeres que se convierten en madres pasados los 40. Pero ¿Qué las lleva a aplazar la maternidad? Esencialmente el factor económico.
Gerardo Meli, sociólogo de la Universidad Autónoma de Madrid, en entrevista con un importante diario español, refirió que ante la escasez de recursos económicos, los jóvenes tardan más en independizarse y formar una familia. Adicional a esto, y como una especie de imposición de la sociedad, se empeñan en reforzar su formación académica con estudios de pre y postgrado, postergando así su deseo de tener hijos. Se impone el interés de lograr madurez y estabilidad financiera.

Envejecimiento de la población

Ahora bien, lo que preocupa en España no es justamente la avanzada edad con la que se asume la maternidad, que de por sí implica algunos riesgos para la salud, sino sus consecuencias a futuro. Por segundo año consecutivo, en el país se han registrado más muertes que nacimientos, 259 más en el 2016 para ser exactos, lo que habla del envejecimiento de la población, y de una crisis demográfica en puerta. No basta con que los españoles vivan en promedio 85 años, o que aumente el número de bodas en la nación. El deseo es incrementar su tasa de natalidad, pero han de crearse las condiciones para ello.
En otras naciones de Europa el retardo de la maternidad para después de los 30 es, de igual forma, una constante. Así puede verse que en los dos últimos años en Bélgica y Francia la edad promedio para ser madre ha sido de 30,2; en Alemania 30,8; Austria 30,3 y Lienchtenstein 31,7. Edades que distan de las promediadas en países de América (27 años) o Asia (29).
Un punto quizás poco tratado pero también reflejado en las estadísticas, es el de la fertilidad de la mujer pasados los 35 años, cuando se considera que va en descenso. A mayor edad, más dificultades para lograr un embarazo de forma natural, por lo que en España o en cualquier otro país del mundo las mujeres tendrían que acudir a inducciones de ovulación, inseminación artificial, fecundación in vitro u otros tratamientos. Esto no sólo acarrea peligros médicos, sino gastos adicionales que no todas las féminas están en condiciones de asumir.

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