Cómo masajearte el pecho y cinco razones para hacerlo todos los días

Grasa, ligamentos, tejidos conjuntivos, lóbulos mamarios… Pese a su composición aparentemente simple, las mamas no son una zona más de la anatomía de la mujer, sino que representan mucho más. Por eso, no es de extrañar que para muchas mujeres sea importante tener un pecho bonito y saludable. Para ello, no hace falta pasar por un quirófano. La constancia y el mimo a la hora de cuidarlo son las dos variables que se necesitan para conseguirlo. Por ejemplo, una buena práctica es masajearse el pecho. A continuación te explicamos cómo hacerlo y las razones para adoptarlo como hábito.

Cómo darse un masaje en los pechos

Debido al frenético ritmo actual, no está de más recordar que a la hora de disfrutar de un masaje es fundamental buscar un momento de tranquilidad. En el caso de los pechos, es posible reservarse los últimos minutos de la ducha o también mientras una se seca o hidrata la piel.
Por la delicadeza de la zona, también es recomendable escoger una crema hidratante o un aceite esencial para que el tacto sea más fluido. A través de un masaje, el tejido de las mamas se estimula, por lo que el producto penetra mejor en la piel y se aprovechan más los nutrientes que aporta. Un aceite de almendras dulces, de rosa mosqueta o argán son ideales para darse un masaje en los pechos.
Para llevarlo a cabo, se utilizarán las yemas de los tres dedos de una mano (índice, corazón y anular). Si por ejemplo se va a masajear el pecho derecho, se trabajará con la mano izquierda.
La fricción ha de ser delicada, por lo que solo se precisa hacer una ligera presión con la yema de los dedos y realizar un movimiento circular sobre la zona.
Habrá que levantar el brazo del pecho que se va a masajear y empezar el masaje en la unión entre la axila y el pecho. Luego, se moverá la mano hacia el interior del cuerpo, dirigiéndose a la clavícula y de ahí a la unión entre los pechos. A medida que se hace el masaje, se irá dibujando un círculo amplio con los movimientos hasta llegar a masajear el pecho en sí y acabar en la zona que rodea el pezón.
No hay que olvidar aplicarse más hidratante y repetir el mismo ejercicio con el otro pecho.
Buscar un hueco para mimarse tiene una serie de ventajas que van más allá del hecho de sentirse bien. Con un gesto simple como masajearse los pechos, pueden obtenerse algunos beneficios, como la mejora del tono de la piel o incluso ¡un posible aumento de las mamas! Veamos los argumentos con detalle.
  1. Adopta una rutina de relajación: no es fácil relajarse al irse a dormir después de un día agitado. A veces, es necesario encontrar alguna forma de calmarse para no acabar dando vueltas en la cama a la espera de que llegue el sueño. Un masaje cada noche en las mamas con un aceite de lavanda puede ser una buena estrategia para ayudar a conciliar el sueño antes y mejor.
  2. Conoce el estado de tus pechos: darse un masaje diario en una zona determinada es una manera de autoexplorarse. Esto es importante en el caso de los pechos, ya que están en constante cambio, y conviene conocer la forma, el tamaño, la consistencia y particularidades de las mamas para detectar cualquier cambio que se produzca en ellas; algo que nos lleva al siguiente punto.
  3. Hidrata y mejora el tono de la piel: hay una diferencia entre echarse crema por todo el cuerpo, y aplicar la hidratante con un masaje sobre los pechos, hasta que la piel absorba todo el producto. Si se es constante en esta segunda alternativa, se evitará la pérdida de la elasticidad y la flacidez en las mamas, resultado de los cambios hormonales y de la aparición de estrías por roturas de las capas profundas de la dermis.
  4. Es útil para detectar anomalías: las glándulas mamarias tienen una consistencia nodular. Esto significa que, durante un masaje, es posible notar pequeños bultitos que pueden despertar preocupación. Ante esto, es recomendable visitar el ginecólogo para que verifique de qué se trata. En programas como ForYouWoman, de Nationale-Nederlanden, ofrecen revisiones ginecológicas gratis, además de una serie de coberturas y ayuda profesional en caso de detección de cáncer de mama.
  5. Puede aumentar el tamaño de los pechos: esta es una de las razones a las que más se apela cuando se habla de masaje en los pechos y que, sin embargo, hay que asumir con mayor cautela. En un estudio realizado en 2007, se observó que la aplicación de aceites de té verde y de lavanda a un grupo de varones en periodo pre-pubertad generaba ginecomastia, una patología que se da en el hombre cuando se agrandan las glándulas mamarias. La explicación que encontraron es que estos aceites esenciales simulan los efectos de los estrógenos (hormona femenina). Hacen falta más estudios que determinen con certeza si los efectos de estos aceites también producirían el aumento de las mamas de la mujer, pero, hasta entonces, cada mujer puede experimentar por sí misma y comprobar en primera persona todos los beneficios de los masajes en los pechos.

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